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RAFAEL RIQUENI

Hace un tiempo, cuando yo pitaba en un estudio de la casa de Mario Maya, esa que hoy reside Mariana, su mujer, un día ella me dijo que vendría de visita un guitarrista sin decirme su nombre. Esa persona llegó y bajó al estudio, yo no reconocí quién era. Después de darme la mano y observar callado un poco el entorno me preguntó si podía coger la guitarra que allí había. Empezó a afinarla y a contarme que le gustaba mucho el arte y que conocía bien a Mario y que esa guitarra que tenía en sus manos ya la había tocado, La Ramírez de Mario. Empezó a tocar una rondeña y tuve que dejar de pintar, no daba crédito a lo que estaba escuchando. Cuando acabó de tocar le pregunté que quién era. -Soy Rafael, Rafael Riqueni. Yo pensé que estaba viendo a un fantasma, pero aquello fue real.

Hubo más encuentros, y fruto de esos encuentros fueron estos dibujos que aquí presento.

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